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Los peajes del bilingüismo masivo

A mediados de la pasada década surgieron los primeros programas de bilingüismo a gran escala en la escuela pública. La Concertada también se ha apuntado en los últimos años a una revolución que aspira a que nuestros jóvenes dejen de ser el hazmerreír de Europa en cuanto a competencia anglófona. En la Privada pura, los colegios bilingües existen desde hace décadas. La gran duda que se plantea la comunidad educativa apunta a la insuficiente formación del profesorado y a los posibles efectos colaterales del bilingüismo sobre otros aspectos del aprendizaje.

Primero se arrancó Andalucía y, poco después, hace ya unos seis o siete años, Madrid. Aunque por aquel entonces, a mediados de la pasada década, ya existían iniciativas de corto alcance dirigidas al aprendizaje hispano-inglés en centros públicos de otras regiones, fueron estas dos comunidades las que cortaron la cinta que inauguró la fiebre del bilingüismo a gran escala en la Pública española.

Desde entonces, la red de colegios e institutos que imparten enseñanza bilingüe por todo el territorio nacional ha crecido a velocidad de vértigo. Sólo la introducción masiva de las TIC en el aula ha restado protagonismo a una revolución que pretende que las nuevas generaciones salgan de la Educación obligatoria con un manejo aceptable del inglés, sobre todo en cuanto a expresión oral.

En un horizonte no muy lejano, el fin último pasa por que los jóvenes de este país estén en condiciones de leer, escribir y relacionarse en formato anglófono con la misma soltura que sus iguales del centro y el norte de Europa. Toda una utopía durante décadas de enfoque idiomático mediocre y destartalado, incapaz de proporcionar al alumno siquiera herramientas comunicativas básicas cuando se le desarma del castellano.

El boom del bilingüismo masivo ha calado hondo entre las administraciones regionales, que han diseñado ambiciosos planes de expansión educativa hispano-inglesa. Para cumplir objetivos, las consejerías han estado reclutando durante los últimos años a miles de maestros y profesores con un nivel aceptable de inglés. Luego les han formado –cada una atendiendo a sus propios criterios y requisitos– con el fin de ampliar vocabulario y aumentar su fluidez de discurso. En algunos casos (Andalucía), apoyándose en las escuelas oficiales de idiomas y en estancias foráneas opcionales. En otros (Madrid), recurriendo a instituciones privadas como el Colegio Británico y a inmersiones lingüísticas obligatorias en países anglófonos durante los meses verano.

Dudas Razonables

No obstante, muchos sostienen que el ritmo de implantación de los programas bilingües en la Pública está siendo tan elevado que obliga a tirar de docentes que acarrean graves deficiencias a la hora de impartir su lección en inglés. Y no hay que olvidar que, a pesar de la proliferación de cachivaches electrónicos en clase, la palabra sigue siendo la gran aliada del docente al lidiar con sus estudiantes.

Las consejerías continúan (al igual que en los albores de la fiebre bilingüe) negando la mayor e insistiendo en que el hecho de que la clase sea en inglés casi no interfiere en la adquisición contenidos.

Que la clase vaya más o menos lenta tiene que ver con múltiples factores. El hecho de que el profesor se exprese únicamente en inglés es uno más, y no especialmente significativo. “En la enseñanza de cualquier cosa te puede pasar lo mismo. Depende del grupo de alumnos que tengas. Con algunos irás más rápido; con otros, más lento. Sea la clase en castellano u otro idioma”.

Es entendible las dudas de los padres sobre la competencia idiomática de los docentes que enseñan en inglés. En Madrid en concreto, los profesores han de acreditar un nivel C1 según el marco de referencia europeo. Cierto que éste equivale a un inglés excelente, si bien aún existe otro nivel por encima: el C2, conocido como “maestría”. ¿Prácticamente bilingües? Con todos los interrogantes que suscita un término tan arduo de definir como “bilingüe”, todo es, a fin de cuentas, cuestión de opiniones.

Apuesta de la concertada

Es una cuestión de prioridades. Hemos pasado treinta y tantos años sin que la enseñanza del inglés genere ningún provecho en el ámbito escolar, hemos perdido el tiempo magníficamente. Lo que se está haciendo ahora es priorizar el inglés frente a otras facetas del aprendizaje. Si yo obligo a un profesor a impartir Cocimiento del Medio en inglés, corro el riesgo de perder calidad en la transmisión de conocimiento, pero esto se compensa consiguiendo que el alumno salga del sistema pudiendo comunicarse razonablemente en inglés. Desde una elemental lógica, parece oportuno reconocer que si priorizo una cosa, postergo otra.

Consolidada en la escuela pública, la marea bilingüe comienza también a dar sus primeros pasos en la Concertada (en la Privada pura ha sido siempre uno de sus principales reclamos). El programa BEDA –concebido inicialmente para los centros FERE-CECA de Madrid, ampliado luego a Murcia y Castilla-La Mancha, con perspectivas de expansión para Canarias y Andalucía– supone la principal apuesta por el bilingüismo entre los centros de titularidad privada que reciben financiación de las consejerías. Con más de 200 colegios adscritos. Por ejemplo, los centros pueden elegir si imparten materias en inglés o sólo refuerzan y potencian la presencia del idioma en el colegio a través de distintas actividades. Por el momento, la mayoría de colegios ha optado por seguir enseñando en español todas las asignaturas.

Pública. Una tendencia imparable

Andalucía y la Comunidad de Madrid fueron pioneras a la hora de articular planes de escolarización bilingüe masiva en centros públicos. Ellas prendieron la mecha, y ahora resulta complicado encontrar una consejería de Educación en este país que no exhiba su programa de escolarización en dos idiomas con la participación de un alto porcentaje de colegios o institutos de la Pública.

  • Andalucía. El conocido como Plan de Fomento del Plurilingüismo (además del inglés, no se deja de lado, si el centro así lo desea, a otros idiomas como el francés o el alemán) nació a mediados de la pasada década con unos objetivos tremendamente ambiciosos: que en 2012, la mitad de la red pública andaluza estuviera en condiciones de impartir enseñanza bilingüe según los baremos oficiales. Aunque resulta improbable que dicho objetivo se alcance este año, las cifras del programa andaluz siguen antojándose abrumadoras: 420 colegios (el 21% del total) y 385 institutos (43%) forman actualmente parte del programa. A ellos se unen 19 centros concertados.
  • Madrid. A diferencia de Andalucía, Madrid ha focalizado sus esfuerzos ante todo en la etapa Primaria, por lo que el desequilibrio entre colegios (276) e institutos (64) que han conseguido la placa que les acredita como bilingües resulta significativo. Esto ha provocado que se alcen numerosas voces que abogan por una extensión del bilingüismo en la Secundaria. Su aspiración no es otra que los niños que han asistido a un colegio bilingüe puedan continuar el aprendizaje hispano-inglés al terminar la Primaria.
  • Otras comunidades. Las dos castillas, Navarra, País Vasco, Galicia, Asturias… El boom del bilingüismo en el seno de la Pública cubre ya casi todo el territorio nacional. Las fórmulas son variopintas, aunque suelen converger en algunos puntos como la prohibición de impartir en inglés asignaturas instrumentales, ante todo Lengua Española y Matemáticas.

Concertada. Lucha por la igualdad de trato

En la mayoría de los casos, la escuela concertada –aún formando parte de la red de centros subvencionados con dinero público– ha quedado al margen de los programas de bilingüismo a gran escala impulsados por las autonomías. Bien a su pesar, ya que la reivindicación de igualdad de trato a este respecto frente a la Pública ha sido en los últimos tiempos uno de los grandes caballos de batalla de las organizaciones que representan a los colegios concertados. Sólo recientemente, las comunidades han empezado a incorporar (si bien de manera lenta y progresiva) a la Concertada como parte integral de su estrategia bilingüe. Ahora ya existe un buen número de centros concertados que reciben financiación de las consejerías con el fin de que, sirviéndose de su autonomía de gestión, pongan en marcha sus propias iniciativas de enseñanza hispano-inglesa. Sin duda el programa bilingüe más potente emprendido por la Concertada de este país es el BEDA, impulsado por la patronal de centros concertados FERE-CECA. Concebido inicialmente para la Comunidad de Madrid, BEDA ya ha extendido por el momento sus tentáculos a otra regiones como Murcia y Castilla-La Mancha, y planea desembarcar en breve en Canarias y Andalucía.

Privada. Entre la inmersión total y los flirteis anglo

Colegios que emulan en formato hispano la excelencia de la élite escolar británica, con currículo del Reino Unido y ambiente de claro corte anglosajón en cuanto a celebraciones, extraescolares, etc. Otros en los que simplemente se fomenta el aprendizaje idiomático a través de iniciativas eventuales: actuaciones de alumnos en inglés, clases de conversación, campamentos de verano… Y entre ambos extremos, todo un surtido de centros privados que, de una u otra forma, asocian su oferta educativa al concepto bilingüismo. Al contrario que en la Pública o la Concertada, en la Privada no hay patrones, así que si piensas matricular a tu hijo en un bilingüe de pago, el mejor consejo pasa por preguntarte qué quieres realmente para él (inmersión lingüística total, alta o moderada) y asegurarte de que el colegio que elijas va a proporcionarte lo que buscas.

Bilingüismo en la Escuela

Durante los últimos diez años hemos asistido en nuestro país a un crecimiento exponencial del interés y preocupación por el dominio de idiomas diferentes del materno.

En los últimos años hemos visto como los programas y proyectos en relación al bilingüismo crecían haciéndose más accesibles para toda la población, estando presentes en numerosos centros educativos públicos y concertados, además de muchos privados, de niveles obligatorios y no obligatorios (Ed. Infantil de Primer ciclo, bachillerato, etc.).

Muchos de estos programas están motivados por las directrices de la UE que orienta su trabajo hacia una sociedad multilingüe. Según la Unión Europea, uno de los retos de la Europa actual consiste en formar europeos políglotas, que fomenten el diálogo intercultural y una mayor cohesión e integración social.

Pero, ¿qué entendemos por bilingüismo? Tradicionalmente, en el uso coloquial, se ha reservado dicho término para aquellos individuos que, debido a haber crecido en un lugar distinto del de procedencia o por tener progenitores con distinta lengua materna, han desarrollado de forma paralela y natural dos sistemas lingüísticos diferentes. Desde una visión más educativa, una persona bilingüe es aquella que, además de su primera lengua, tiene una competencia parecida en otra lengua y es capaz de usar una u otra en cualquier circunstancia con parecida eficacia. En esta línea podemos decir que, un individuo bilingüe, no es solo aquel que posee dos sistemas lingüísticos distintos, sino que además puede hacer uso de ellos en los mismos contextos con una facilidad y calidad similares. Es por ello que no se debe confundir el verdadero bilingüismo con una capacidad alta para expresarse y comprender en una lengua diferente de la materna.

Actualmente, el bilingüismo, se ha alejado mucho de la concepción tradicional para convertirse en una opción educativa en auge que la mayoría de los padres valora de forma positiva. Cada vez más a menudo se exige desde la sociedad, a las instituciones públicas, un mayor apoyo a los programas bilingües y una extensión de dichos programas a la mayoría de los centros educativos.

La mayoría de la población conoce y entiende las ventajas de una educación bilingüe, pero no así sus inconvenientes y dificultades. Como ventajas más relevantes podemos señalar que permite una mayor movilidad laboral y educativa, fomenta actitudes de apertura hacia otras culturas y regiones, dinamiza el intercambio cultural a través del turismo internacional y el desplazamiento de familias a otros estados, produce un aporte mutuo de conocimientos científicos entre países.

A primera vista podríamos pensar que con tantas y tan importantes ventajas, aquellos inconvenientes que pudieran aparecer no deberían resultar muy relevantes, pero lo cierto es que no es del todo así. Dentro de la educación encontramos cada vez más casos de profesionales que rechazan el actual proceso de implantación del bilingüismo. El porcentaje aumenta aun más, cuando éstos profesionales se dedican a la intervención en dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje, alumnos con Necesidades Educativas Especiales o población inmigrante (Maestros de audición y lenguaje, expertos en pedagogía terapéutica, psicólogos, psicopedagogos…).

Pero ¿qué problemas pueden estar detrás de estas dificultades y rechazo de los profesionales? Aunque el ratio por aula es mucho más pequeño que hace 20 años, la diversidad cultural, étnica y lingüística es mucho mayor y exige una mayor adaptación a las diferencias individuales. Así, en un aula normal de primaria, podemos encontrar alumnos con 2 ó 3 lenguas maternas diferentes para los que la enseñanza en castellano ya supone un bilingüismo diglósico. Si además, se ven inmersos en un programa bilingüe, encontraríamos la realidad de que, dichos alumnos, deberían desarrollar dos sistemas lingüísticos en la escuela más un tercero en su ambiente familiar, por lo que se convertiría en trilingüismo. Además, el fracaso escolar es cada vez más alto y el nivel académico en las áreas de lengua y matemáticas, desciende cada vez más. Los nuevos programas educativos lejos de centrarse en esta realidad, para buscar soluciones, desplazan su prioridad hacia las lenguas extranjeras creando nuevas áreas conflictivas sin haber resuelto previamente las ya existentes.

En último lugar es imprescindible hablar del profesorado. La mayoría de docentes de nuestro país deben adaptarse y atender a una realidad educativa muy lejana de aquella para la que se prepararon, con el consiguiente esfuerzo y necesidad de apoyo por parte de las instituciones. Una gran parte de los profesores que imparten el programa bilingüe son especialistas en otras áreas que han sido readaptados para esta nueva necesidad. Pertenecen a una generación que carecía de un buen nivel en idiomas extranjeros y que, por supuesto, no es bilingüe. Ni los mejores cursos de idiomas para personal docente pueden convertirlos, de un año para otro, en bilingües con capacidad didáctica para el inglés y mucho menos aportarles una pronunciación nativa.

Es importante que, tras una reflexión sobre el tema, los padres valoren cuáles son sus prioridades y, en función de ellas, obtengan la mayor información posible sobre los programas educativos que se imparten en los centros de sus hijos. Esta información será la que les permitirá elegir adecuadamente un centro educativo acorde a sus circunstancias y necesidades.

El bilingüismo mejora la atención y la memoria

Un proyecto desarrollado en la Universidad de Granada ha demostrado que el bilingüismo mejora las capacidades de atención y entrena la memoria, de ahí que saber dos idiomas tenga ventajas más allá de la evidente facilidad para comunicarse. El proyecto Procesos de Atención y memoria en la selección de idiomas en bilingües y traductores, del que ha informado Innova Press de la Junta de Andalucía, ha sido coordinado por los profesores Teresa Bajo Molina y Pedro Macizo Soria.

Bajo Molina y su equipo han llegado a esta conclusión a través de una serie de experimentos realizados con personas bilingües en español e inglés, considerando por bilingüismo el conocimiento alto de dos idiomas y su uso frecuente. Diferentes grupos de bilingües de entre 16 y 24 personas han participado en los experimentos y han realizado una serie de pruebas en que se mide el tiempo de respuesta y la actividad eléctrica cerebral. Sus resultados muestran que una persona bilingüe «activa» los dos idiomas a la vez incluso en situaciones en que necesita solo uno, una activación que unas veces supone una ventaja y otras una dificultad.

Para resolver el conflicto entre los dos idiomas que se activan y que la persona pueda seleccionar el que es apropiado es necesaria la actuación de un mecanismo atencional que implica la parte prefrontal del cerebro y que inhibe aquel término que en el contexto no es apropiado, demostrando que se puede ignorar información interna. Tras las pruebas llevadas a cabo, los investigadores han demostrado que el cerebro puede responder de forma diferente con entrenamiento y que el aprendizaje de otro idioma es, de algún modo, un entrenamiento.